No, podes utilizar cualquier recipiente como un tacho de plástico o de metal, una maceta, una compostera, un pozo séptico sin uso, etc. no hay límites, si tienes dudas consúltanos sin compromiso, te ayudamos a encontrar la opción que mejor de adecue a tu caso en particular.

Para citar un ejemplo, si tienes un animal con un peso corporal de 14 kg, por año tendrás un consumo de 230 gramos de bacterias. Es decir 19 gramos de bacterias por mes, para transformar las heces en tierra.

La dosificación estándar es una cucharada al ras de bacterias y 10 lts de agua por animal hasta los 14 kg por semana

Una cucharada colmada de bacterias y 10 lts de agua por animal hasta los 30 kg por semana

Dos cucharadas (una al ras y otra colmada) y 10 lts de agua por animal de más de 31 kg por semana

Cabe aclarar que cada caso es particular, la frecuencia de la dosificación de bacterias puede variar en el caso por ejemplo que lo realices en un tacho de plástico o en casos donde hay una población de más de 5 animales.

Si.

Sí, puedes agregar las piedritas sanitarias siempre que sean de origen natural. Ten en cuenta que ocuparán espacio en el cesto y que algunos materiales, como la bentonita, pueden formar bloques que tardan en degradarse.

Recomendamos realizar una perforación de acuerdo a las herramientas que dispongas y al tipo de suelo. Esto quiere decir que no hay un mínimo ni un máximo de profundidad, lógicamente a mayor profundidad vamos a obtener mayor rendimiento en el tiempo de nuestro cesto, pero no es un limitante.

No, solo necesitas de las bacterias Cabono. Nuestros diferentes kits están compuestos de accesorios que te permiten realizar el trabajo de forma simple y práctica

Una vez que agregues las bacterias, ya estas transformando las heces de tus mascotas en tierra. Dependiendo del formato que utilices, los tiempos pueden variar. Por ejemplo, si instalaste el cesto en tu jardín, el proceso se lleva a cabo de abajo hacia arriba, una vez que deseches las ultimas heces, cambiamos de lugar el digestor (nueva instalación) y tapamos la anterior. Desde allí, al cabo de un mes ya podemos ver los resultados. Luego queda el espacio disponible para una reinstalación.

Cuando el cesto se llena, movemos el digestor a otro lugar y tapamos la perforación anterior, es lo que llamamos una «nueva instalación». La perforación se realiza considerando las herramientas y el tipo de suelo, sin límites específicos de profundidad. Aunque una mayor profundidad mejora el rendimiento con el tiempo, no es un requisito estricto. Basándonos en la primera instalación, podemos estimar el rendimiento futuro del cesto, lo que nos proporciona una referencia útil, aunque no exacta. A medida que ganamos experiencia con nuevas instalaciones y reinstalaciones, podemos mejorar nuestra planificación futura.

En épocas de mucha lluvia, la perforación puede tener menor filtración debido al exceso de agua, pero no debería rebalsar, a menos que el área esté inundada. La materia no flotará por su peso. Esto depende de factores como el tipo de suelo, el clima, el mantenimiento, la profundidad, etc. Recomendamos aumentar la dosis de bacterias en estos periodos para mejorar la biodegradación.

Sí, puedes arrojar bolsas biodegradables con heces de tu perro o gato al cesto orgánico. El tiempo de degradación varía entre 30 y 120 días según la composición y el ambiente. Recomendamos no atar la bolsa con un nudo para que la degradación de las heces no se vea retrasada.

Si, en casos donde no se puede perforar el suelo, se puede realizar el procedimiento en otro objeto (cabostera, cestacho, etc) pero el mismo no debe estar en la intemperie. En el caso de climas muy fríos se recomienda agregar agua tibia/caliente al cesto, la misma no debe superar los 40 grados